El caso del río Ter. Exceso de purines y falta de caudal.

Texto: Dani Boix Masafret, Albert Ruhí Vidal y Sergi Solá.

Los embalses de su tramo medio y el desproporcionado trasvase que sufre hacen que el río Ter cambie radicalmente a lo largo de su curso. Son dos ríos diferentes, con dos problemas diferentes; aguas arriba de los embalses, por contaminación, y aguas abajo, por falta de caudales.

La actual ganadería intensiva que se practica en la comarca de Osona conlleva un consumo espectacular de agua y genera un exceso de purines que los suelos agrícolas no pueden absorber. En pocos años se ha sustituido la cultura campesina por el peonaje, y el ciclo de crianza del cerdo se ha reducido a la mitad a base de piensos de laboratorio. Se dejan de producir estiércoles tradicionales y se pasa a producir purines líquidos, que contaminan los acuíferos subterráneos. Incluso si se consigue cambiar al modelo productivo, estos acuíferos tardarán décadas en recuperarse.

El trasvase se inició en los años sesenta, pero ha sido en la última década cuando se han producido los grandes abusos. Desde el año 1996 hasta el 2007 se ha trasvasado el 75% de los caudales del río, ignorándose, incluso, la legislación vigente y los compromisos de la Administración. Ello ha ocasionado serios impactos económicos, sociales y ecológicos. De hecho, durante los últimos cuatro años, han sido más los días en que se ha incumplido el caudal mínimo del Plan de caudales de mantenimiento para el Ter en Girona que los días en que se ha respetado.

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