Catástrofes

Durante las dos últimas décadas ha habido 25 millones de desplazados por inundaciones y sequías.
El cambio climático está acelerando los procesos de desertización y agravando los riesgos derivados
de este tipo de fenómenos en muchas regiones. Tradicionalmente, estos desastres se han considerado
inevitables e impredecibles. Sin embargo, con frecuencia tras ellos está la mano del hombre.

La construcción de grandes presas sin adecuadas garantías de seguridad; los procesos de deforestación,
con el consiguiente riesgo de corrimiento de tierras; la prioridad de producir hidroelectricidad
despreciando los riesgos de avenida sobre poblaciones aguas abajo; o la urbanización de espacios
fluviales, generalmente para poblaciones pobres, son algunas de las claves.

Por otro lado, las consecuencias de este tipo de fenómenos dependen del nivel de vulnerabilidad de las
poblaciones afectadas. Vulnerabilidad que suele ser tanto mayor cuanto mayor es el nivel de pobreza. De
hecho, la mayor parte de las víctimas de estos desastres, naturales o no tan naturales, son pobres.