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Desde la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), hemos presentado al Ayuntamiento de Nájera las siguientes propuestas en respuesta al proceso de recogida de propuestas, ideas, recomendaciones o soluciones para el acondicionamiento de la margen derecha del río Najerilla en su tramo urbano.

En primer lugar, nos complace que se haya abierto este proceso entre la ciudadanía y creemos que marca un interesante punto de inflexión en las intervenciones que se han venido haciendo en el río Najerilla en Nájera. En cualquier caso, lo consideramos claramente insuficiente respecto a las exigencias europeas y estatales en materia de gobernanza y democracia participativa. En la web del Ayuntamiento de Nájera se hace referencia a este proceso como un “Proceso participativo para ofrecer soluciones en la margen derecha del tramo urbano del río Najerilla a su paso por Nájera”. Los procesos participativos deben ser, por definición, una serie de encuentros para promover el debate y el contraste de argumentos entre la ciudadanía, o entre esta y las personas responsables municipales, con el fin de recoger sus opiniones y propuestas con respecto a una actuación municipal concreta. El proceso que ha abierto el Ayuntamiento de Nájera solo considera una fase de recogida de ideas, pero no la posibilidad de debatirlas, ni procesos de formación ni información previos y, además, no garantiza en ningún momento que las ideas aportadas vayan a ser consideradas. Igualmente, no prioriza en ningún momento las opiniones o aportaciones que puedan llegar desde personas o entidades especializadas en el tema y que hayan mostrado su compromiso con el mismo. Por ello, animamos al Ayuntamiento de Nájera a que abra un proceso participativo real entre la ciudadanía.

En segundo lugar, queremos aclarar respecto al informe titulado “Estudio de patologías en márgenes del río Najerilla en tramo urbano antropizado” -que se presenta como documento de inicio para este proceso de recogida de ideas-, que en ningún caso es correcto hablar de patologías al referirse a un tramo fluvial y a sus procesos geomorfológicos. Este error conceptual evidencia importantes limitaciones a la hora de considerar y gestionar dicho tramo fluvial del río Najerilla en Nájera. Este informe recoge de manera demasiado simplificada el estado de la cuestión, puesto que no se consideran aspectos relativos a toda la cuenca, ni a las presiones antrópicas históricas y actuales que se ejercen sobre el río, ni cuestiones geomorfológicas clave, ecológicas o sobre dinámica fluvial, necesarias para entender con mayor profundidad el estado de este tramo fluvial. Este informe de “patologías” presenta además abundantes errores conceptuales y técnicos, como llamar “regresiva” a la erosión de márgenes, hablar de transiciones de régimen observando solo un tipo de caudal, hablar de “anastomosamiento” cuando el cauce es trenzado-divagante, mencionar un “flujo hidráulico anastomosado” que no existe en la literatura científica, llamar “áridos” a las gravas que construyen el propio cauce, atribuir a las escolleras un “gran resultado ambiental, hidráulico y social” cuando está técnicamente demostrado que no es así, etc.

Los problemas de erosión que viene sufriendo el tramo fluvial del río Najerilla en Nájera en su margen derecha están claramente relacionados con la rectificación, estrechamiento y semicanalización del tramo fluvial, así como del ajardinamiento de la ribera, llevados a cabo en la década de los 80 del siglo pasado. Este estrechamiento del cauce implica que el mismo no tenga capacidad para desaguar cuando se producen determinadas crecidas que no es capaz de regular el embalse de Mansilla en cabecera. Cualquier intervención que se haga debe considerar este aspecto y tratar de revertirlo, y en ningún caso intensificarlo.

Asimismo, y de manera general, cualquier intervención del tramo fluvial en cuestión, debe conjugar dos aspectos clave: la gestión del riesgo de inundación del núcleo urbano y el mantenimiento y mejora de la dinámica fluvial y de la biodiversidad, teniendo en cuenta además los escenarios climáticos contemplados por la planificación hidrológica de la demarcación hidrográfica del Ebro. Para ello, debemos atender al conocimiento científico y a la normativa en la materia.

Respecto a la gestión de los riesgos de inundación, destinado a reducir las consecuencias negativas para la salud humana, el medio ambiente, el patrimonio cultural y la actividad económica, asociadas a las inundaciones, la Comisión Europea adoptó en octubre de 2007 una “Directiva sobre la evaluación y gestión de las inundaciones (Directiva 2007/60)” que introduce un nuevo enfoque e instrumentos para gestionar este tipo de riesgos y que fue transpuesta al ordenamiento jurídico español a través del “Real Decreto 903/2010, de 9 de julio, de evaluación y gestión de riesgos de inundación”. El anexo A del RD 903/2010 establece cuál debe ser el contenido de los planes de gestión del riesgo de inundación, así como el conjunto de programas de medidas, entre las que incluye en primer lugar las propias “Medidas de restauración fluvial, conducentes a la recuperación del comportamiento natural de la zona inundable, así como de sus valores ambientales asociados y las medidas para la restauración hidrológico-agroforestal de las cuencas.”

En este sentido, y tal y como se indica en la “Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas” aprobada el pasado 27 de octubre de 2020 por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECORD), y enmarcada en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático”, la restauración fluvial ha experimentado en España un fuerte impulso en las dos últimas décadas. La “Estrategia Nacional de Restauración de Ríos”, lanzada en 2006, ha consolidado estos avances en restauración fluvial. Se ha devuelto espacio a los ríos, eliminando o retranqueando defensas en diferentes proyectos, se han eliminado canalizaciones o se han llevado a cabo numerosas acciones de mejora en puntos concretos de la red fluvial, incluyendo las zonas urbanas. La mayoría de los proyectos de restauración o rehabilitación de entornos fluviales urbanos y periurbanos ejecutados recientemente se han dedicado a la mejora del espacio fluvial, a la aplicación de medidas naturales de retención del agua, a la revegetación de espacios ribereños y a la protección de márgenes mediante técnicas de bioingeniería.

La citada “Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas” recomienda la revisión del funcionamiento y necesidad de las obras de defensa y estabilización de márgenes, y otras medidas de protección de bienes situados dentro de terrenos propios del espacio fluvial, con objeto de decidir si se desplazan dando mayor libertad al movimiento natural de los ríos, o se eliminan para recuperar las funciones de los ecosistemas fluviales y reducir la exposición a los riesgos asociados a las avenidas. Es decir, las estrategias estatales en la materia no solo recomiendan que no se construyan más obras duras de defensa (por ejemplo escolleras) en los tramos fluviales, sino que se estudie el posible retranqueo o eliminación de las existentes.

Asimismo, la Estrategia citada indica que la restauración fluvial debe tener en cuenta tanto los principios de la restauración ecológica, como otros principios propios de la geomorfología y la dinámica fluvial. Así, la libertad geomorfológica y la naturalidad en los procesos de erosión, transporte y sedimentación deben constituir un objetivo fundamental y real en los proyectos de restauración fluvial.

El otro aspecto a tener en cuenta en cualquier intervención en el río Najerilla debe ser la conservación y mejora de la biodiversidad. Este aspecto cobra especial relevancia en el este río, uno de los que mayor valor ecológico y mejor estado de conservación presenta en La Rioja. Su cuenca alta cuenta con 5 Reservas Naturales Fluviales declaradas y el propio Gobierno de La Rioja ha comenzado los trámites para la declaración del “Alto Najerilla” como el segundo Parque Natural de la región. El tramo bajo presenta igualmente un extraordinario valor ecológico. Entre otros activos, constituye una de las zonas con mayor densidad de visón europeo de España, especie catalogada en peligro de extinción en La Rioja, y uno de los mamíferos con mayor rango amenaza a nivel europeo afectada de forma especial por la degradación de los hábitats fluviales.

Por otra parte, con el objetivo de mejorar el estado ecológico de los tramos fluviales surge la “Directiva Marco del Agua en el 2000 (DMA 2000/60)”. La promulgación de la DMA generó un punto de inflexión en el modelo de gestión del agua en Europa. Su implementación práctica supuso, entre otros aspectos, la introducción del concepto del estado ecológico de los cursos fluviales como objetivo ambiental o la incorporación de la participación pública en la gestión de los mismos. Para alcanzar un buen estado ecológico de un tramo fluvial ya no debía considerarse únicamente la calidad del agua sino otros componentes del ecosistema, de manera que los ríos deben pasar de gestionarse como meros canales de agua a complejos ecosistemas fluviales. Y en estos ecosistemas deben favorecerse los procesos naturales, incluyendo aquellos relativos a la hidrogeomorfología, dinámica fluvial, ecología y bosque de ribera. Se deben tratar de reducir los impactos humanos en los cursos fluviales, entre los que se encuentran aquellas infraestructuras que eviten una correcta dinámica y procesos ecológicos naturales.

Cabe destacar que el propio Gobierno de La Rioja cita como una de las principales amenazas del visón europeo en La Rioja la “Destrucción y pérdida de su hábitat”. Y cita textualmente que “Los cauces y riberas de los cursos medio y bajo de los ríos son los preferidos por la especie, pero son también los más humanizados. Dragados, canalizaciones y escolleras, suponen tramos sin vegetación natural, pobres en recursos alimenticios, y donde la especie se vuelve más vulnerable”. Por lo tanto, cualquier intervención debiera evitar este tipo de actuaciones y revertir estas infraestructuras donde existan.

Con base en estos antecedentes, pasamos a exponer unas líneas básicas que deben guiar la intervención que se vaya a hacer en el río Najerilla. Se trata de ideas generales que podríamos desarrollar con mayor detalle en caso de que el Ayuntamiento de Nájera muestre interés por las mismas:

    • La puesta en marcha de un proceso participativo real y objetivo, desarrollado por personas expertas en la materia y que garantice dos cuestiones. Una, la formación de la ciudadanía y dos, los debates abiertos y constructivos entre personas expertas, ciudadanía y Administraciones competentes.
    • Que la búsqueda de soluciones parta de un análisis integral del medio fluvial (cauce, márgenes y llanura de inundación) que considere todos los aspectos y disciplinas fluviales, y evalúe la posibilidad de favorecer áreas inundables aguas arriba del tramo en Nájera, de acuerdo a la propia Directiva de Inundaciones anteriormente citada. Este tipo de análisis integrales y que consideren tramos fluviales amplios, más allá de los tramos urbanos aislados, seguirían la línea de otros proyectos como el “Ebro Resilience”, en fase de ejecución en el río Ebro entre Logroño y Zaragoza, o de los ya realizados en el sistema fluvial Arga-Aragón en Navarra. Entendemos que dichos proyectos debieran representar un ejemplo que poder exportar a otras áreas de la cuenca del Ebro, como el río Najerilla.
    • En el caso concreto de tratar de corregir los daños por erosión puntual de la margen derecha del río Najerilla en el tramo urbano de Nájera, recomendamos evitar infraestructuras duras del tipo escollera. Este tipo de intervenciones en las zonas recientemente erosionadas aguas arriba de Nájera, junto a la plaza de toros, aumentaría la velocidad de la corriente y su poder erosivo en el núcleo urbano, al reducir la sección del cauce. De igual manera, una escollera en el talud erosionado del tramo urbano no haría sino intensificar el poder erosivo y la posibilidad de inundación aguas abajo, donde mayor riesgo existe, y con una importante dotación de servicios públicos en zona inundable (Centro de salud, Frontón, Residencia de personas mayores, Biblioteca o Pabellón multiusos). Y en este caso, junto con la escollera existente en la margen izquierda, acrecentaría los problemas de incisión en el fondo, ya evidentes en todo el tramo urbano, con graves consecuencias para la propia estabilidad de la escollera o de los puentes.
    • Para este tipo de soluciones puntuales, recomendamos acudir a intervenciones basadas en el ajuste local de los procesos geomorfológicos y en la bioingeniería, fomentadas por la propia Estrategia Nacional de Restauración de Ríos, que pueden cubrir funciones estructurales con un impacto ambiental reducido, llegando incluso a producir efectos positivos.
    • En esta línea, y para evitar exponer demasiados detalles técnicos en este documento, se sugiere consultar el proyecto “Propuesta de solución para estabilización de márgenes fluviales en el río Najerilla basada en técnicas y materiales de bioingeniería o ingeniería naturalística”, encargado por la agrupación de electores Alternativa Najerina a la empresa “Mediodes” y entregado en el Ayuntamiento en julio de 2018. Sirva este proyecto de ejemplo de algunas medidas de bioingeniería a desarrollar, aunque habría que adaptar las mismas a la situación actual. En cualquier caso, destacar los principios clave de estas medidas:
      • Colocación de deflectores en la orilla erosionada, desviando en cierta medida el flujo de agua hacia la zona central del cauce. Se trataría de deflectores vivos, estructurados con Krainer. Su objetivo es la reducción de la velocidad del agua y la mezcla con reducción de la velocidad de flujo que permite la deposición de material sólido y la protección de las márgenes aguas abajo. También constituyen puntos de refugio para la fauna.
      • Restitución y perfilando de los taludes de la margen derecha. Se trata de hacer más tendida la inclinación de estos taludes y asegurar su fijación mediante la instalación de malla biodegradable sembrada con herbáceas.
      • Plantación de estaquillas de especies arbóreas y arbustivas locales en la orilla que mejoren su resistencia frente a la erosión y los procesos naturales.
    • Las medidas puntuales deben ir dirigidas a la recuperación progresiva del ámbito fluvial. El cauce debe ganar anchura, aumentando la funcionalidad de los ojos del puente de San Juan de Ortega, inutilizados en su mayoría en la actualidad. Estas son las medidas más efectivas para reducir el riesgo de inundación aguas abajo del puente, siendo este el tramo más vulnerable del núcleo urbano.
    • Asimismo, las intervenciones deben provocar un reducido impacto ecológico, aspecto de gran transcendencia, no solo por el gran valor ecológico del tramo, sino porque el río Najerilla aporta una gran variedad de servicios ecosistémicos a la ciudadanía, relacionados con su papel como zona de ocio y esparcimiento, pesca, turismo, belleza y valor sentimental. En este sentido, la construcción de una escollera en la margen derecha, junto con la existente en la margen izquierda, conduciría a la canalización de facto del río, el cual perdería gran parte de los servicios anteriormente citados y con los que las personas de Nájera nos sentimos tan identificadas.
    • Finalmente, recomendamos que se establezcan unas líneas generales prioritarias de gestión fluvial en Nájera, fruto del consenso de la ciudadanía y de todos los grupos políticos, y con base en consultas a personas expertas y con experiencia en la materia, que garanticen una continuidad en el tiempo. Estas líneas deben tener en cuenta no solo la erosión actual del talud de la margen derecha, sino una correcta estrategia de gestión fluvial en todo el tramo urbano, que tenga en consideración la vegetación, riberas y sedimentos. Que sean medidas acordes a las legislaciones europeas y que se eviten en todo momento intervenciones duras como canalizaciones o dragados del fondo, muy recurrentes en el tramo objeto de estudio.

Como conclusión respecto a la erosión de la margen derecha, creemos que las medidas que se tomen deben considerar un tramo fluvial más amplio y estar basadas en la hidromorfología y en la ecología fluvial, pudiendo emplear técnicas de bioingeniería, así como posibilitar procesos de consulta y participación de la ciudadanía. No nos conformemos con un río canalizado basado en actuaciones propias del siglo pasado. Convirtamos al Najerilla en Nájera en un modelo de gestión fluvial segura y sostenible, un ejemplo que mostrar a la ciudadanía y a las personas visitantes. Y no seremos los únicos en hacerlo, ni mucho menos. De acuerdo a estas líneas básicas de intervención se han venido restaurando una gran variedad de tramos fluviales en España, entre los que destacan por su gran impacto mediático, los ríos Besós en Barcelona o Manzanares en Madrid, cuya restauración fluvial se ha convertido en una seña de orgullo para toda la ciudad. Tomemos ejemplo y sigamos las recomendaciones de la normativa y de la Ciencia.

Por último, reiteramos la entera disposición de la FNCA para colaborar con las administraciones competentes en el desarrollo de las diferentes propuestas indicadas.

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