La Justicia vuelve a tumbar el embalse de Mularroya
El embalse de Mularroya es una obra que se propuso en el Pacto del agua de Aragón de 1992 y se incluyó de manera acumulativa en el anexo de inversiones de interés general del Estado en la ley del Plan hidrológico Nacional en 2001, año en el que se redactó el proyecto, aprobándose junto a la declaración de impacto ambiental en 2003.
La aprobación se recurrió ante la Audiencia Nacional, tribunal que dictó sentencia anulándola en 2009, confirmándose dicha anulación por el Tribunal Supremo en 2013.
A pesar de ello, la Administración volvió a tramitar un nuevo proyecto y estudio de impacto ambiental para su aprobación o legalización, produciéndose una nueva declaración de impacto ambiental y aprobación en 2015. Esta nueva aprobación fue también impugnada ante la Audiencia Nacional, procedimiento que es el ahora decidido.
La Audiencia Nacional en sentencia de 23 de marzo de 2021 ha vuelto a resolver su anulación. En concreto, se anula la Resolución de 12 de agosto de 2015 por la que se aprobó el proyecto del embalse de Mularroya porque supone el deterioro de un conjunto de masas de agua de los ríos Grío y Jalón, así como de los acuíferos de las Sierras de la Virgen y Vicort. Se da además la circunstancia que ni el estudio ni la declaración de impacto ambiental impugnados identificaron y analizaron todos los elementos relevantes para determinar el alcance de dicho deterioro. En cualquier caso, al producirse el deterioro solo se puede autorizar la obra si se cumplen condiciones estrictas establecidas por la Directiva marco del agua. En el caso de Mularroya no se dan estas condiciones como se ha acreditado en el procedimiento y reconoce la sentencia, tanto es así que ni siquiera se justificó de manera estricta y previa en la planificación hidrológica.
Las sentencias de Biscarrués y ahora Mularroya vienen a incidir en lo esctricta que tiene que ser la administración cuando se trata de producir un deterioro de las masas de agua, ya sean superficiales o subterráneas.
Esta interpretación estricta es un buen paso adelante que esperemos sea considerado por la Administración con la atención que merece.
Desmontando falacias sobre agua y cambio climático
Ríos con menos caudal, sequías más intensas, inundaciones más frecuentes… son solo algunas de las consecuencias del cambio climático en el ámbito del agua. Ante estos impactos, los medios de comunicación, las redes sociales y otros ámbitos se llenan de voces con recomendaciones y propuestas que reclaman instalar más infraestructuras o apostar por los regadíos más tecnificados.
Pero si las analizamos críticamente, vemos que algunas de esas propuestas son desinformación ambiental. Y la única manera de frenarlas es contar con información contrastada para desmentirlas.
Por eso la FNCA presenta #DesmontandoFalacias, una iniciativa para que la ciudadanía pueda contrastar la información que recibe con argumentos de base científica.
Toda la información está en https://fnca.eu/desmontandofalacias/