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Cambio climático
Artículo contenido en la revista Foresta Nº 75 Año(s): 2020 en la Sección: Opinión de actualidad / Subsección: Restauración hidrológico-forestal / Observaciones: Páginas 42-43
Cuando hablamos de modernización de regadíos para reducir el uso de agua, tenemos que considerar el consumo final de todo el sistema de regadío en su conjunto, no la eficiencia en cada parcela.
Por eso, afirmar como una verdad absoluta que la modernización de regadíos es un método eficaz para ahorrar agua es una forma de contribuir a la desinformación climática.
La relación entre la modernización de regadíos y el consumo de agua es compleja, pero con información clara es fácil entender que eficiencia no es igual a ahorro.
Agricultura climáticamente inteligente, desalación marina, regeneración y reutilización del agua. Suena bien, ¿verdad?
Pero si las observamos de cerca, las soluciones tecnológicas son insuficientes para abordar el problema del cambio climático y retrasan la adopción de medidas efectivas. #DesmontandoFalacias
Las catastróficas inundaciones de finales de octubre de 2024, que han afectado a muchas poblaciones, particularmente de la Comunidad Valenciana y que han sido especialmente virulentas en las comarcas de la Plana de Utiel-Requena y l’Horta Sud y comarcas limítrofes (La Hoya de Buñol, La Ribera), así como en algunas poblaciones de Albacete (Letur), nos han sobrecogido por el sufrimiento de los afectados, el elevado número de pérdidas de vidas humanas y las secuelas a las que se enfrentan quienes, habiendo sobrevivido, han perdido bienes o incluso su fuente básica de ingresos. Antes de compartir nuestras reflexiones sobre algunos aspectos relacionados con la gestión del riesgo de inundación queremos manifestar nuestra empatía y solidaridad con toda la población damnificada.
Antes incluso de que las aguas vuelvan a su cauce y se retiren el fango y los escombros de las calles surge el debate acerca de las causas de la avenida y la duda acerca de hasta qué punto algunos de sus efectos eran evitables. Algunas voces apuntan a la falta de "limpieza" de los ríos o a la eliminación de azudes como causa del desastre, mientras se confía en infraestructuras hidráulicas de contención de los caudales. Sin embargo, el problema no es que los ríos estén "sucios" ni que falten embalses o diques más altos. El clima mediterráneo presenta desde siempre sequías recurrentes y lluvias torrenciales, pero en las últimas décadas los daños por inundaciones se están disparando.