LAS MASACRES DE RÍO NEGRO
La presa de Chixoy se construyó en las tierras de los indígenas maya achí, en el contexto
de una feroz guerra civil. Cuando los afectados se negaron al desalojo y reclamaron un trato
digno, fueron secuestrados, torturados y masacrados. El ejército y las fuerzas paramilitares
asesinaron a 444 personas, la mayoría de ellas mujeres y niños.
La presa, financiada por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, y construida
por empresas italianas, alemanas y estadounidenses, desplazó a más de 3.500 personas. Otras 6.000
familias perdieron sus tierras y medios de vida. Desde la finalización de la presa, a mediados de
la década de 1980, las comunidades desplazadas han vivido en condiciones de pobreza extrema, en
tierras infértiles y viviendas indignas, sin electricidad ni agua corriente.
Supervivientes y familiares de las víctimas, luchan por recuperar la memoria de lo ocurrido y exhumar
las tumbas clandestinas y fosas comunes. Desde 1996, han trabajado junto con asociaciones de derechos
humanos y organizaciones ecologistas para aclarar responsabilidades y presionar al gobierno de
Guatemala y a las empresas financieras de la presa para que les proporcionen indemnizaciones y
reparaciones por los daños sufridos.
Texto: Patrick McKully
Pies de foto: Heidi Ho McKinnon
