Coordinadores: Susana Neto (Universidade Nova de Lisboa y University of Western Australia) y Abel La Calle (Fundación Nueva Cultura del Agua).

 

•La política europea del agua en el contexto mundial.  Otros modelos de políticas del agua en diferentes regiones del globo y prioridades de intervención en diferentes contextos incluyendo la evolución de paradigmas de planeamiento integrado de recursos hídricos.

•Evaluación del primer ciclo de planificación hidrológica y perspectivas de futuro.

oEl análisis de los problemas que han impedido la aprobación y aplicación de los nuevos planes hidrológicos en plazo es importante para saber si continuarán en el segundo período de planificación obstaculizando la política de aguas.

oEntre estos problemas está el mantenimiento de la satisfacción de la demandas como prioridad de la planificación hidrológica, la manera en la que se ha realizado la participación pública en la planificación hidrológica, la forma en la que se ha planteado y llevado a cabo la deliberación de las opciones estratégicas en el Esquema de temas importantes, así como la escasa atención al proceso simultáneo de evaluación ambiental estratégica.

•El Plan para salvaguardar las aguas y ecosistemas asociados de Europa (Blueprint 2012). El estudio de la propuesta de la Comisión Europea, con sus énfasis y olvidos, resulta de especial interés para enfocar el papel crítico de quienes pretenden mejorar la gestión pública del agua.

•La política europea del agua en el contexto de la crisis económica, social y política. Las situaciones de crisis económicas alteran las sensibilidades sociales y, salvo que su origen sea un desastre ambiental, se reduce la percepción sobre la importancia de la protección ambiental. Sin embargo, hay que considerar las numerosas iniciativas que plantean que la superación de las mencionadas crisis sólo será posible con un cambio profundo del sistema de producción y consumo alineado con la prioridad de la protección de los ecosistemas.

•La relación entre ciencia, sociedad y poder. Las decisiones que se adoptan desde el poder en materia de aguas formalmente deberían ser objetivas, basarse en el estado actual de la ciencia y la tecnología, y tener en cuenta de manera igualitaria los saberes y opiniones sociales. Si esto fuera cierto podrían responder de forma más adecuada a la complejidad, incertidumbres y limitaciones del conocimiento de la realidad que vivimos. La exploración de procesos de decisión más adecuados a estas realidades nos pueden ayudar a mejorar la política de aguas.

 

 

Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies